sábado, 23 de abril de 2016

Los animes favoritos de SkS

Ya que esto está más desierto que el... desierto (no te creas, el desierto es un lugar lleno de vida, a su manera; ¿qué tal "más desierto que mi cartera?" Me vale), los contenidos se expanden y desvarían... lo cual no es de hecho negativo, pero no es algo que vaya SEGÚN EL PLAN. OoOooOooOOOooOhHHh...! Imaginemos un canto gregoriano xraño (y ciertamente, xraño es una palabra). Como sea, hoy quería (y espero que aún siga queriendo, sino qué lata, ¿no?) escribir algo sobre aquellas obras de arte que me han ido inspirando, a la par que enseñándome su valiosa filosofía  - pues todo el mundo sabe que las historias inventadas enseñan mejor que los datos llamados científicos, ya que el artista, antes que creador de placer, es sabio - a lo largo de la vida. Mostrándoos esto igual consigo que alguien se pase de una vez por este miserable blog y, al mismo tiempo, quizás le suscite el interés por mi vasta obra ideológica, la cual, sin personas que deseen su materialización, seguirá siendo solamente ideológica.

El conjunto de animes (luego vendrán los cartoons, los live actions y hasta los tipos de tarta de fresa, el caso sk así me da para poner más que haciéndolo todo en una sola entrada xD) más importantes y que seguramente más hayan inspirado tanto la filosofía como el arte SkSiano son los siguientes:




Macross Plus
No, ni Macross 1 ni Macross 7 ni Macross zero ni por supuesto Macross frontier. Macross Plus, que además de breve pero intensa cuenta una historia hondamente arraigada en mi biografía. Los sueños de tres amigos, que en mí no son sino tres estados de la misma mente, separados por un suceso catastrófico y que están a punto de ver su fin a manos de la monumental pantomima que es la civilización humana. El espíritu indómito de Isamu, la férrea voluntad de Guld y el corazón lleno de sueños de Myung; éste, aplastado por el terror y la derrota; el otro, a merced de unos instintos animales incontrolables; el primero, todavía luchando contra un enemigo tan poderoso como ilusorio.

Macross Plus es la historia del individuo contra la sociedad, el ser humano (o zentraedi xD) contra la máquina, la vida contra el olvido. Tanto sus héroes como sus malvados son la esencia de lo que son y la historia es como la vida misma. Levántate y vuela, no perteneces a nadie.

DNA²

Estuve obsesionado con esta serie durante el año 2002 y fue gracias a ella que encontré el final de Legend Of Mafia 2. A Katsura lo confunden a veces con un guarrindongo que no hace más que dibujar bragas, pero cuando uno lo lee con sus ojos en lugar de mirarlo a través del cristal de los críticos gilipollas puede ver que no hay nada más lejos de la verdad; Katsura habla del amor y el amor lo conquista todo. Hoy sigo creyendo que es una de las series más perfectas que he visto.

Rurouni Kenshin (el guerrero samurai)
Esta serie de culto la emitieron en Canal + un ciento de veces y yo tuve la suerte de verla justo cuando dejaron de echarla. Antes había visto algún cacho de capítulo (puede que incluso alguno entero), pero me parecía en general demasiado densa. Luego dejaron de echar series que me gustaran y decidí que la vería, ya que tan densidad era ya soportable para mi mente en crecimiento. Además, los personajes me recordaban a los de cierto videojuego con el que estuve obsesionado el año anterior. El resultado es que me alegré al instante de empezar a verla.

Ésta es una historia de (preparaos) políticos corruptos. También de gente íntegra de férreos ideales que luchan contra la corrupción y la debilidad, fuente de ésta de aquélla, pero cada uno lo hace a su modo. Otros, presa del miedo y otras formas de debilidad, apuestan por la corrupción y acaban hechos polvo o, peor, convertidos en NPCs ;D. Por cierto, el final, que en el anime es distinto al manga (y por ello objeto de infinitas críticas) es una de mis partes favoritas de la serie.

Hagane no Renkinjutsushi (Fullmetal Alchemist)
Esta serie habla sobre uno de mis temas predilectos: la inmortalidad y qué hay después de la muerte. También habla de una sociedad corrupta y de cómo un único poder en la sombra lo domina todo sin que nadie quiera darse cuenta. Está construida de manera tan fantástica que hay hasta cuatro o cinco niveles de historias que se esconden bajo otras historias, dando lugar a una obra maestrísima que, dicho sea de paso, inspiró la parte más oscura de Ayashino.

Aquí también difieren bastante el manga y el anime... pero esta vez resulta que hicieron otro anime más adelante que se pareciera más al manga. De la versión del anime que hablo y aquélla que me inspiró es, por supuesto, la primera. La segunda no la vi y, puesto que ya he leído el manga, no tengo ningún interés en verla.

Dragon Ball (As bólas máxicas / Songoku)
El clásico clasiquísimo de mi infancia que también me acunó en la adolescencia. Songoku crecía conmigo y yo con Songoku, en un tiempo de nostalgia que daba sentido a un universo en constante movimiento. Los primeros capítulos que vi fueron los de la Onda Vital (de donde sale esta fotillo) cuando tenía 4 o 5 años. A estas alturas, Songoku ya es más gallego que japonés.

Yaiba
Una hermosísima serie que, junto con Sonic, me inspiró durante el año 1995, el mejor año de mi infancia. La gente dirá lo que quiera sobre Detective Conan, pero en realidad Yaiba le da mil vueltas. Es graciosa, menos larga y además enseña grandes valores como, por ejemplo, la ecología. Si los humanos ensucian su bello planeta, entonces Kaguya volverá para vengarse... esto es igual que esa teoría de Gaia, ¿verdad? Suponte que la Tierra sea un organismo vivo. Si los humanos la incordiamos, sería perfectamente natural que ella respondiera barriéndonos del mapa.

Dai no Daibouken (As aventuras de Fly)
No diré con diferencia, pero ésta es, sin lugar a dudas, la serie de anime más perfecta jamás hecha. Fly, un niño que sueña con ser héroe pero que su abuelo se empecina en que sea mago (su abuelo es un monstruo naranja, por cierto, y Fly vive solo en una isla llena de monstruos que son sus amigos), es tomado como discípulo del gran héroe Iván, al cual mata el Rey Demonio poco después. El caso es que, con el mal nuevamente libre, los monstruos también se vuelven malignos en todo el mundo, pero bueno... lo importante es que Fly no tiene miedo y se marcha con su cobarde amigo Pop a matar al Rey Demonio por puros deseos de venganza.

Y te diré, salvar al mundo del mal es una minucia, aquí lo que cuenta es encontrar a Iván, seguir las huellas de Iván, vengar la muerte de Iván... lo que mueve a Fly es Iván (no es para menos, era uno como no hay dos xD) y, en realidad, el ejército del mal no es tan malvado. Durante toda la serie, desde el capítulo uno hasta el último, los malos más malos son los seres humanos... y de ello encuentras testimonios diversos a puntapala. Hombre, los demonios destruyen todo y tal, pero al menos son honestos. En esta serie, espejo de nuestro mundo, los humanos se muestran codiciosos, cobardes, aprovechados, egoístas, ignorantes y depravados, TODO EL RATO. Por supuesto también están los héroes (mayormente humanos, pero también hay algún que otro monstruo), que son honestos, buenos y valientes... y te das cuenta de que es una penísima que, con lo buenos que pueden ser los humanos, la mayoría usen su capacidad para corromper todo lo que les rodea y a sí mismos.

Fly es una serie de hondos valores, de muchísimo humor, acción y sentimientos profundos a escala absurda. El anime quedó inacabado de manera ultra obvia, sin duda porque dejaron de pagar a los que lo hacían, pero ello no le quita magnificencia; el caso es que la forma en que queda incompleto es sublime, tanto por el ataque flagrante a los ricachos que dejaron de pagar como por el mensaje final que anima a los héroes de este mundo a seguir luchando por lo que saben que es bueno y correcto (por supuesto el manga sigue y llega mucho más lejos en la historia xD).

Slayers (Reena y Gaudy)
Aunque no tiene un hondo valor filosófico como las otras, Slayers fue una serie muy importante en mi vida y, de hecho, la que me acercó al anime de forma definitiva debido a su enorme belleza. No hay muchos animes de fantasía que conozca que puedan equipararse a Slayers, de hecho (Lodoss War es una cagarruta en comparación) y, ciertamente, tiene personajes entrañables y buenas historias... el anime más que el manga, diría yo. Slayers me transportó a un mundo de hermosura pura donde todo era posible, incluso mezclar la fantasía heroica con los parques de atracciones o un partido de tennis.


Digimon Adventure
Podemos incluir la mayoría de series de Digimon, pero la primera fue la mejor de todas y también la más influyente en mí. No sé cuántos se habrán dado cuenta viendo las series, pero Digimon cuenta siempre la historia de inadaptados sociales que, casualmente, salvan al mundo, aprendiendo en el proceso a sacar provecho de sus cualidades personales únicas (cosa que no podrían haber hecho de seguir con su vida normal). Esto ya se merece un 10. Por lo demás, es una serie preciosa donde la fantasía se funde con la realidad y en la que la filosofía y los grandes valores aparecen siempre que tienen ocasión. ¿Alguien se acuerda de Blackwargreymon, por ejemplo? Y no sólo él y su historia tras la pista de su propia identidad, cada capítulo es una lección de filosofía esperando ser entendida por un público que, puesto que humano, no se conforma con las enseñanzas industriales recibidas en la escuela.


¡Y otra cosa! Digimon fue la primerísima serie que yo recuerde en que los personajes decían "mierda". ¡Y lo decían muchas veces! ¡Y hasta el malo malísimo, que era todo aristocrático y terrible, decía mierda! Eso fue una maldita revolución que, sin lugar a dudas, debió abrir la mente a muchas personas. ¡No a la censura, MIERDA! Joderhostia... Ok, ya.


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